Evaluaciones cognitivas en niños con sospecha de TEA o TDAH: ADOS-2 + WISC-V como herramientas complementarias
Cuando un niño presenta dificultades en el lenguaje, problemas de concentración, conductas repetitivas o desafíos en su interacción social, las familias suelen preguntarse si se trata de un rasgo del desarrollo normal o de una condición que requiere un diagnóstico especializado. En este escenario, las evaluaciones psicológicas juegan un papel fundamental, ya que permiten diferenciar entre diversos trastornos del neurodesarrollo y orientar intervenciones ajustadas a las necesidades del niño. Dos herramientas clave en este proceso son el ADOS-2 (Autism Diagnostic Observation Schedule, Second Edition) y el WISC-V (Wechsler Intelligence Scale for Children – Fifth Edition), que combinadas ofrecen una visión amplia de las habilidades sociales y cognitivas.
El ADOS-2 es considerado el estándar internacional para la evaluación de características del espectro autista. A través de juegos, actividades sociales y observación estructurada, el evaluador registra cómo el niño se comunica, establece contacto visual, comparte intereses y responde a cambios en la rutina. Este instrumento no es un test académico ni una entrevista común: su fortaleza radica en permitir ver la conducta en acción, con módulos diseñados según la edad y nivel de lenguaje.
Por su parte, el WISC-V es una prueba de inteligencia que evalúa áreas como comprensión verbal, razonamiento fluido, memoria de trabajo y velocidad de procesamiento. En niños con sospecha de TDAH, este test permite identificar patrones de atención, fortalezas cognitivas y áreas de dificultad que impactan directamente en el aprendizaje. Además, aporta información valiosa en casos de TEA, ya que revela cómo el perfil cognitivo puede estar influido por la comunicación social y las conductas repetitivas.
La combinación de ambos instrumentos ofrece una mirada integral. Mientras el ADOS-2 ayuda a precisar si existen indicadores de autismo, el WISC-V permite comprender cómo esos posibles síntomas se relacionan con el desempeño académico y las habilidades cognitivas. En la práctica clínica, muchos niños presentan signos de inatención, impulsividad o ansiedad social que pueden confundirse con rasgos del espectro autista. Aplicar ambas pruebas facilita un diagnóstico diferencial más certero y evita etiquetas erróneas.
La evidencia científica respalda esta complementariedad. Estudios recientes han mostrado que el uso conjunto del ADOS-2 y pruebas cognitivas como el WISC-V mejora la precisión diagnóstica y contribuye a planificar apoyos personalizados en el aula y en casa (Lord et al., 2012; Canivez & Watkins, 2010). Además, la identificación temprana de fortalezas y debilidades cognitivas permite a los equipos educativos implementar adaptaciones que favorecen el aprendizaje y la regulación conductual.
Para las familias, saber si un hijo necesita estas evaluaciones no siempre es sencillo. Algunas señales de alerta incluyen: dificultades persistentes en la interacción social, retrasos en el lenguaje, juegos repetitivos, problemas para sostener la atención en tareas simples, impulsividad marcada o bajo rendimiento académico pese a un esfuerzo constante. Cuando estas conductas generan preocupación en casa y en la escuela, lo recomendable es consultar con un psicólogo infantil especializado en neurodesarrollo, quien decidirá si corresponde aplicar el ADOS-2, el WISC-V o ambos.
El objetivo final no es colocar una etiqueta, sino comprender mejor cómo funciona el niño, cuáles son sus recursos y en qué áreas necesita apoyo. Con un diagnóstico integral, se pueden planificar intervenciones terapéuticas, escolares y familiares más efectivas, que potencien su bienestar y desarrollo.
Preguntas frecuentes: ¿El ADOS-2 sirve para diagnosticar TDAH? No, está diseñado para TEA, pero puede ayudar a diferenciarlo de otras condiciones. ¿El WISC-V puede detectar autismo? No directamente, pero revela un perfil cognitivo que, en conjunto con otras pruebas, orienta el diagnóstico. ¿Qué edad mínima se requiere para estas evaluaciones? El ADOS-2 se aplica desde los 12 meses y el WISC-V desde los 6 años. ¿Es necesario aplicar siempre ambas pruebas? No en todos los casos, pero la combinación suele aportar información muy valiosa cuando existen dudas diagnósticas.
Recomendaciones prácticas: observa y anota conductas que te llamen la atención; consulta con docentes sobre el desempeño escolar; agenda una evaluación con un psicólogo especializado en TEA y TDAH; confía en que un diagnóstico temprano abre la puerta a intervenciones más efectivas.
Este artículo es informativo y no sustituye la evaluación profesional. Si sospechas que tu hijo presenta dificultades en el desarrollo, acude a un especialista en salud mental infantil para una valoración adecuada.
Referencias (APA 7)
- Canivez, G. L., & Watkins, M. W. (2010). Long-term stability of the Wechsler Intelligence Scale for Children–Fourth Edition among students with learning disabilities. Journal of Psychoeducational Assessment, 28(3), 237–253. https://doi.org/10.1177/0734282909348217
- Lord, C., Rutter, M., DiLavore, P. C., Risi, S., Gotham, K., & Bishop, S. L. (2012). ADOS-2: Autism Diagnostic Observation Schedule, Second Edition. Western Psychological Services.